domingo, 28 de septiembre de 2008

KUL AS-SANA WA-ENTA BI-JAYR

Termina el Ramadán para los cerca de 200.000 musulmanes que residen en la Comunidad de Madrid. 1.300 millones de fieles al Islam ven cerca ya el fin de lo que algunos sólo consideran, por su ignorancia, un periodo de trece horas de ayuno. Pero el noveno mes del calendario lunar musulmán es, más allá de la abstinencia de sus seguidores a comer, beber (agua incluida) o mantener relaciones sexuales durante el día, un periodo de purificación física y espiritual. Una cita anual con los mandatos coránicos (Ázora de La Vaca, 187) en la que el propio cuerpo entiende -mediante sus propias carnes- la escasez y padecimientos del pobre. La necesidad, en definitiva, de ayudar al más necesitado. En ocasiones tildamos de sacrificio lo que para algunos es fe, y no caemos en la cuenta de la sobredosis de turrón, polvorones y roscón que los cristianos nos filtramos en vena a finales y principios de año. ¿Nos hemos olvidado acaso de que somos nosotros los que en Navidades pecamos a la contra en nuestras mesas? Sí. Aunque cueste creerlo, el sacrificio es nuestro. Basta con comprobar el número de matriculados en gimnasios a primeros de año para darnos cuenta de lo arrepentidos que estamos de los atracones que nos damos en compañía de pastores y peces que se alcoholizan en el río. De que la solución a nuestros kilos de más es sudar sobre cintas interminables que robotizan nuestros andares. Pero, alejándonos de cuestiones aeróbicas propias de mentes afligidas -dicho con admiración-, en lo que sí coinciden las viandas festivas de musulmanes y cristianos es en su carga energética y lipídica. El azúcar, pues, aparece aquí como uno de los muchos nexos de unión entre estas dos religiones. Pese a que algunos lo puedan pensar, no sólo lo es Zapatero, que, como aquéllos ya informaron, rompió el ayuno musulmán el pasado 15 de septiembre en Turquía. Con Erdogan -primer ministro turco- como compañero de asiento. La convivencia y amistad entre la comunidad islámica y cristiana (inclúyanse aquí los ateos españoles) es tal, que algunos comensales musulmanes residentes en Madrid ya han incorporado a su iftar (cena o ruptura nocturna de la abstinencia alimenticia) productos típicos de nuestro país como la paella o la tortilla de patata. Pero, ¿hemos cocinado nosotros –y hecho nuestro- algún plato típico del Ramadán? ¿Sabemos con qué alimentos rompen su ayuno los seguidores de Alá? Celosía Digital se ha desplazado a varios restaurantes y pastelerías marroquíes de Madrid para conocer de primera mano los platos con los que los musulmanes festejan su mes sagrado:

Dátiles. Con ellos se rompe tradicionalmente el ayuno. Son altos en calorías y bajos en proteínas. Son un excelente reconstituyente tras un esfuerzo físico notable.






Chebakia. Es el dulce típico del mes. Tiene un sabor bastante parecido a nuestro pestiño y contiene mucho azúcar. Se cocina con harina de repostería, manteca derretida, agua de azahar, esencia de vainilla, leche, sal, vinagre blanco y miel. Su sabor enamora y hace repetir al que lo prueba.




Harira. Básica para romper el ayuno realizado durante el día. Sus ingredientes: garbanzos, carne troceada (de ternera o cordero), cebolla, pimienta, azafrán, tomate, perejil, harina, cilantro y sal.






Torta de harina o raif. Se suelen tomar con miel, mantequilla o queso.







Pitas rellenas. Las hay de carne picada y de pollo. Sus otros condimentos: dátiles, zanahorias, aceitunas, pimiento, etc.







Flan.
Es muy común tomarlo en el Iftar por ser muy digestivo.






Platos preparados para el Iftar de un restaurante. Contienen huevo cocido, dátiles y chebakia. Restaurante Al Jazeera de Fuenlabrada ( Madrid).






Empanadas de pollo, gamba y carne picada. El plato ideal para saciar el hambre acumulada a lo largo de las trece horas de ayuno, este año quizás más duras dado que el mes sagrado musulmán comenzó el 1 de septiembre, días en los que en nuestro país todavía perduran las altas temperaturas.



En la imagen, dulces típicos marroquíes. Durante el Ramadán se suelen acompañar con agua, zumos o refrescos.






>>Traducción del título del artículo: “Que todo el año te vaya bien”. Frase que algunos musulmanes se suelen decir en la fiesta de`Id al- Fitr o celebración del final del ayuno.

Por una convivencia bajo los principios de la tolerancia, Javier de Matrice.

domingo, 21 de septiembre de 2008

VICKY CRISTINA BARCELONA

Días de eclipses en nuestro país. Barcelona nubla el nombre del 56 festival de Donostia Zinemaldia y Penélope Cruz hace leña del haya rubia tan cuidadosamente podada por Woody Allen en Match Point y Scoop. Scarlett Johansson, una de las actrices favoritas del director neoyorquino en su extenso universo de mujeres –Diane Keaton, Mia Farrow o Charlize Theron, entre otras- se repatinga en la exageración de sus gestos faciales y su dulce atractivo físico para hacer de Vicky Cristina Barcelona otro de los podios interpretativos de la que hoy día sigue siendo musa de Almodóvar: Penélope Cruz. Podrán decir que el último filme de Allen es una secuencia de postales y recordatorios de la ciudad condal. Cierto es. También podrán reprocharle al director de Melinda y Melinda que explote en nuestros rincones el papel del macho latino. Algunos, incluso,-y con esto me refiero a algunas mentes rebuscadas y creativas del PP- podrían ver en la amistad de Juan Antonio (Javier Bardem) con las prostitutas de su barrio una apología de la prostitución. Pero Vicky Cristina Barcelona, más allá de lo que a uno le pueda gustar desde el punto de vista narrativo o de su discurso fílmico, es una vuelta al humor único de Woody Allen. Un regalo que el cinéfilo esperaba ansiosamente tras películas sin forma como El sueño de Casandra u otras obras rodadas en Gran Bretaña alejadas del cine europeo. Con Vicky Cristina Barcelona Allen demuestra que no tiene doble a la hora de conjugar sobre fotogramas la enfermedad mental y el humor. Analícense si no las réplicas y contrarréplicas de Juan Antonio y Maria Elena (Penélope Cruz) en esta película de Mediapro, momentos que marcan el verdadero inicio del filme y el punto de partida de las risas del espectador. Una comedia romántica, animada y ligera que añade otro volumen más a los habituales trabajos de psicología sobre celulosa del director de gafas negras y pantalones de pana. Tras retratar la neurosis, los personajes camaleónicos ( Zelig), la bipolaridad de la identidad femenina, o el mundo del psicoanalista (Adulterios), ahora Allen profundiza en la autodestrucción, en las relaciones tortuosas, en el arte como expresión de grandes emociones y en la necesidad de apoyo al enfermo mental, quizás la moraleja más importante de este “episodio vacacional” protagonizado por un Bardem que, sin ser guapo, logra con suficiencia el papel de macho ligón. Merecido el Premio Nacional de Cinematografía que el pasado 19 de septiembre recibió en San Sebastián –por sus triunfos internacionales- de manos del ministro de Cultura, César Antonio Molina. Por otro lado, titánica -por encima de todo el elenco de actores- la interpretación de Penélope Cruz, que quizás le valga la nominación al Oscar por su papel de ex mujer racial y temperamental. No obstante, la actriz madrileña tendrá garantizados muchos otros premios internacionales, bien sea por su trabajo en su primera película con Allen, por su roll en Los abrazos rotos (Almodóvar), o por su participación en el musical Nine (Rob Marshall), filme que comenzará a rodar el mes de octubre y en el que tendrá como compañeros de cartel a Nicole Kidman, Judi Dench, Daniel Day- Lewis, Sophia Loren y Marion Cotillard. Ahí es nada. Javier de Matrice.

domingo, 14 de septiembre de 2008

SÍ ES PAÍS PARA VIEJOS

En España, 17 de cada 100 niños sufren el abandono de hecho. Con este nuevo término, producto de mi habitual manía crítica, quiero hacer referencia a ese segmento de la población más joven que pasa las tardes sin sus padres. A ese grupo de niños de entre 6 y 11 años que, cuando salen de sus centros de estudio, son poseedores de la más absoluta responsabilidad. Víctimas de una soledad impuesta -en su mayoría- por el tejido sociolaboral en el que se hallan enredados sus progenitores. Estos datos, que se desprenden de la Encuesta de Infancia en España 2008, realizada por la Fundación SM, la Universidad Pontificia de Comillas y el Movimiento Junior, ponen de relieve que, más allá de los abandonos de derecho, los niños también sufren otro tipo de desatenciones, intencionadas o circunstanciales, que, a mi modo de ver, pueden marcar su conducta o emociones futuras. Resulta difícil saber si el niño abandonado hace escasos días en un confesionario de la iglesia de Santa Teresa y San José, cercana a la madrileña Plaza de España, sufrirá en algún momento de su infancia los “tele-cuidados” de sus padres. Probablemente no, pues son muchos los criterios de comodidad y disponibilidad de atenciones los que deben reunir los potenciales padres adoptivos. Desconozco también si los 69 niños dados en adopción el pasado año en la Comunidad de Madrid mediante renuncia hospitalaria entrarán en un futuro inmediato en estos porcentajes de “tele-asistencia”. Disculpándome de redundancias cuasi-obligatorias de mención, permítanme reinformarles nuevamente de mi inclinación hacia el no. Estoy casi seguro de que las 2500 familias madrileñas que esperan adoptar a un niño harán de sus brazos canastillas las 24 horas al día. Y aquí entran en escena los absurdos debates sobre el amor incondicional de los lazos de sangre, temática a la que doy portazo –y queda clara mi postura- para insistir en lo duro que es ser niño hoy día. Trastornos alimenticios y de sueño, desconexión social con el grupo de iguales, sentimientos de responsabilidad precoces -con el consiguiente problema a la hora de manejar sus recursos de adaptación cuando sean adultos- y dificultades en la compresión de sus sentimientos y los de los demás, son algunos de los problemas físicos y psicológicos que, según los expertos, puede padecer esta generación de “niños llave”, llamados así por no tener a nadie que les abra la puerta de casa. Por ser ellos los que salen y entran de su guarida cuando quieren. Si a esto le sumamos los malos tratos que algunos sufren en las aulas y en los recreos, la débil legislación en materia de pederastia, y las ridículas sanciones que puede llegar a imponer nuestro Poder Judicial a un juez por el retraso en la ejecución de una condena relacionada con el abuso a un menor, quédense viejos los jóvenes. Más si recordamos que la Comunidad de Madrid prepara la creación de un “mecanismo” que permita a las madres desprenderse de sus bebés preservando su identidad. Bien es cierto que el “depósito oficial” de hijos garantiza la salud y la supervivencia del neonato que va a ser abandonado. Que se evitarían abandonos de bebés en puertas de jugueterías, parques o contenedores. Pero, ¿no se multiplicarían así los abandonos de niños recién nacidos? Bonito ejemplo, pues, para las generaciones venideras. Todo un flaco favor a los trabajos de concienciación en materia de prevención de embarazos no deseados. Javier de Matrice.

domingo, 7 de septiembre de 2008

CUANDO PEDRO J. BERREA

Hilanderos de fina seda. Sin duda, la profesión del futuro. Nada más fácil y entretenido que hilar fino cuando el mejor traje que se puede lucir es el sinsentido ideológico. Esto es lo que pienso al leer en Crónica (número 673/ El Mundo) que “a más crisis, más delito”. El mayor descubrimiento de la teoría delictiva, sí señor. La misma sensación provoca en mí esta frase que la lectura de un esbozo silábico realizado por un niño de primaria: “Si hay sol, ha-ce ca-lor, si hay nieve, ha-ce frí-o”. Ya no saben qué hacer los promotores del ave azul en su ayuda a la oposición. Ni el PP para entender que el Gobierno tiene muchos frentes en los que trabajar, no sólo el de la crisis económica. Parece que quieren hacernos creer que remover tumbas es ahora una tapadera del PSOE para olvidarnos del dolor creciente en nuestros bolsillos. O la revisión de la regulación del aborto. No, señor. Somos muchos los que confiamos en el esfuerzo de los muchos ministerios del gobierno de Zapatero. Y también los que sabemos que a lo largo de la historia el delito ha sido -por desgracia- trabajo de multitudes. Dedicaciones sucias y reprochables, por supuesto. Pero que el diario dirigido por el marido de Ruiz de la Prada someta a estudio la tesis de que la agudización de la crisis trae consigo el aumento del número de secuestros hace rebosar de agua el cauce de mi paciencia. “En el primer trimestre de 2008 crecieron (los secuestros) un 143, 75%. Pasaron de 16 en los tres primeros meses de 2007 a 39 en el mismo periodo de este año. Según los casos recogidos por la prensa [sin datos oficiales] la tendencia se ha mantenido en lo que va de año. De confirmarse, 2008 podría acabar con un secuestro cada tres días. Sin contar a la mayoría de víctimas que no denuncia”, señalaba el rotativo. Interesantes los datos. Pero, ¿no es éste el ejercicio un periodismo de predicción? ¿Es la presuposición de una suposición ya conocida la mejor alternativa para favorecer una política de mejoras? Se me ocurre la idea de impartir la materia de Futurología y Ciencias de la Información como proyecto de fin de carrera del grado de Periodismo. Nada mejor para hacer de nuestra profesión una ciencia exacta. Para que las letras ganen el pulso que desde tiempos inmemorables han mantenido con la precisión matemática. Sí. Juego con la ironía. Es el combustible que aviva mi ira. Poco caso he hecho a la máxima que en su momento Thomas Jefferson regaló a los recopilatorios de citas célebres: “Cuando estés irritado, cuenta hasta diez antes de hablar, si estás airado, cuenta hasta cien”. Vuelven a ganarme las matemáticas en mi particular reto. Seguiré contando historias. Continuaré sumando importancia a las pretensiones políticas. Éstas son mi ciencia: las cuentas verbales. Javier de Matrice.

SOBRE MÍ

SOBRE MÍ

EN TERCERA

Javier G. Cobo, nombre real de Javier de Matrice, nació en Madrid en 1982. Periodista digital y Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid (2000-2005), ha sido becario de realización en Telemadrid y ha trabajado como redactor/presentador en Localia Fuenlabrada Televisión (2006). Su experiencia en radio pasa por la redacción/locución de los Servicios Informativos de Radio Complutense -107,5 FM- (2000-2004) y por la realización de crónicas y cuñas puntuales para Cadena Ser Madrid Sur. Es también diplomado en Arte Dramático por Metrópolis c.e. , y ha sido dirigido en teatro por Tina Sainz (preproducción de Nuestra Ciudad, 2004), Pilar Vicente (La tienda de los horrores, 2009), P. Moraelche (Bésame, tonto, 2010), Javier Delgado (El enfermo imaginario, 2011), Patricia Chávarri (El Rey Sol, 2012) y Alfonso Gómez (¡Usted es Ortiz!, 2013). Es asimismo autor de Los calostros de la Gachosa (teatro breve). En televisión ha colaborado como actor en programas como Cyberclub, La Nuestra o Sucedió en Madrid (Telemadrid, 2005). Actuaciones en cine [cortometrajes]: Así fue (Julia Gangutia, 2013), Ni siquiera Descartes (Trinidad Sánchez y Daniel Lavín González, 2013), Nada sin mí (Rodrigo Delgado y Jorge Escudero, 2013) y Extraterrestres generosos (Trinidad Sánchez, 2013). Actuaciones en web series: Sayón (The Executioner), dirigida por George Karja (2013-2014).
Contacto: javierdematrice@gmail.com