domingo, 26 de octubre de 2008
DEPONER SOBRE LA HISTORIA
domingo, 19 de octubre de 2008
REYES
La desatención es otro de los sombríos colores del maltrato humano. Más aún cuando se muerde la mano de quienes un día nos facilitaron el sustento. Maldita la desgana de aquellos mal llamados “profesionales” que se “autoamputan” las raíces de su sensibilidad en vez de abonar las semillas del bienestar de nuestros mayores. De aquellos que de pequeños nos desgastaban los carrillos con el marmoteo de sus besos. De aquellos que con sus nanas nos enseñaron a amar el mundo de lo onírico. De aquellos que, siendo nosotros un manojo de ambiciones y desconocimiento del deber, nos daban a escondidas un duro gordo que habíamos de meter en nuestra hucha. Y no en la del tendero de los polos de menta. Bonitos recuerdos los que cosecharon la dedicación y paciencia de aquellos canosos compañeros de juego. ¿Y así se lo pagan algunos? Malas noticias las del pasado 15 de octubre, día en que se hicieron públicas las denuncias a una residencia de Alcorcón por la presunta desatención a dos de sus residentes. Supuestas negligencias que acabaron con la muerte de una de ellas, de 86 años, y con el pie engangrenado de otra, también octogenaria. Inaudito que esto ocurra en centros especializados. Y anecdótico que ocurra en las mismas fechas en las que una editorial asiática publica un diccionario que muestra las diez mil formas de escribir en chino mandarín el término “longevidad”. Aprecio socializado en tierras orientales y soledad acuciante en un país como el nuestro. ¿En esto se diferencia ser anciano en uno u otro lugar? Me alumbra en mi particular búsqueda de una respuesta Antonio Ortiz López, colaborador de El Periódico del Común de La Mancha – en su artículo Jubilación, ¿sinónimo de vejez? (del 18 al 31 de julio de 2008)-, cuando leo una de sus sabias reflexiones: “Envejecer no es sólo una cuestión fisiológica ligada al paso del tiempo. Si así fuera, se consideraría vieja a una persona al alcanzar cierta edad en todas las partes del mundo. Y esto no es así. En Transcaucasia, por ejemplo, una persona es joven mientras no ha cumplido los ¡noventa años!”, apuntaba Ortiz. Es entonces cuando me rió yo así, con lágrimas en los ojos, de los xenófobos. ¡Cuánto hay que aprender de nuestros vecinos más lejanos!, me digo mientras escucho Romance a El Abuelo ( V. Martín- M. Espinosa),un tema muy flamenco interpretado por el cantaor Nicolás Luengo. “Nunca mira adonde pisa y lo que ensucia el abuelo./Cuando se peina en el baño, /todo lo infecta de pelo./ Cuando se peina en el baño,/ todo lo infecta de pelo./ En la mesa, /cuando come, /todo nos parece feo./¡ Ay que ver el ruido que hace!/¡ Y hasta come con los dedos!/Nos cuenta cada batalla,/ que nadie puede creerlo./ Del hambre que ha pasado y otros miles de recuerdos./ Pero a él nadie le escucha./¡ Vaya rollo del abuelo!/ Y sólo espera un beso/ o una caricia, al paso. /Alguien que diga: /” Abuelo, ¿qué tal vas de tu reúma?/ ¡Qué brillante está tu pelo!/ Sólo un poco de cariño que refresque sus recuerdos. /Y sólo oye en murmullos, / sufriendo en su silencio:/ “¡Ya estoy harto de él! / ¡Hay que llevarse al abuelo!”./ Si es por su bien. /Coge las cosas del suelo. / Como ya está tan torpe /y en sus ojos hay un velo, /cualquier día se nos cae. /Y lo peor será luego. / Hay algunas residencias que cobran un buen dinero. /Arrimando algo a su paga, /nos libramos del abuelo... /Y cuando sale a la calle/ o cuando va de paseo/ todito el mundo le engaña. / ¡Pues que salga sin dinero!...”/ Y unos ojos expectantes,/ de un chaval que es su nieto,/ con timidez dice al padre…:/ “Quiero hablar contigo luego”./ “Dime ahora lo que quieras,/ para qué esperar a luego”./ Con pena mira a su padre,…/que ya le blanquea su pelo./ “Padre, no quiero que te enfades,/ pero escúchame ./ Te lo ruego./ Si te llevas a tu padre, /ese hombre que es mi abuelo,/ yo quiero ir también contigo para aprenderme el trayecto./ Porque dentro de unos años también estarás tú viejo./ Y a la misma residencia, /si no nos llega el dinero, /aunque lo arrime a tu paga, /allí te llevaré yo luego. /Para seguir yo tu ejemplo, /haciendo lo que tú has hecho. /Porque dentro de unos años, / cuando sea blanco tu pelo, / yo tendré en casa unos hijos, /hijos que serán tus nietos. /Y en la casa que yo viva no habrá sitio para el abuelo. /Porque lo ensuciarás todo/ y comerás con los dedos. /Harás ruido al comer/ y te mandaré de paseo. / Y para que no te engañen, / tú pasearas sin dinero. / Tú iras a la residencia/ porque haré lo que ahora veo. /Y lo mismo harán mis hijos/ cuando llegue a ser abuelo”. / El padre, de su bolsillo, lento se sacó el pañuelo.../ Enmudeció su garganta/y llorando dijo luego: / ”¡Vaya lección que me has dado!/¡ De aquí no se va el abuelo!/ No ensucia tanto la casa./ Y si come con los dedos/ es porque no tiene dientes./ Ya no lo veo tan feo./ Yo no creo que haya gente que quiera engañar al abuelo./ Le daré algunas perrillas/para que te compre un tebeo… /En mi casa desde ahora,/ lo mejor para el abuelo. /Que todo se lo merece/ porque luchó sin desvelo. ../Y si tuviera yo un trono, /sería para el abuelo. /Porque todo lo que soy, /sólo a él yo se lo debo. /Y las lecciones de niño/ vivirán siempre en mi recuerdo…”, canta Luengo mientras mi abuela me hace carantoñas, siempre despierta a mi vera. Qué moraleja. Por vosotros, abuelos del mundo. Javier de Matrice.
lunes, 13 de octubre de 2008
HUMOS DE AYER
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SOBRE MÍ

EN TERCERA
Javier G. Cobo, nombre real de Javier de Matrice, nació en Madrid en 1982. Periodista digital y Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid (2000-2005), ha sido becario de realización en Telemadrid y ha trabajado como redactor/presentador en Localia Fuenlabrada Televisión (2006). Su experiencia en radio pasa por la redacción/locución de los Servicios Informativos de Radio Complutense -107,5 FM- (2000-2004) y por la realización de crónicas y cuñas puntuales para Cadena Ser Madrid Sur. Es también diplomado en Arte Dramático por Metrópolis c.e. , y ha sido dirigido en teatro por Tina Sainz (preproducción de Nuestra Ciudad, 2004), Pilar Vicente (La tienda de los horrores, 2009), P. Moraelche (Bésame, tonto, 2010), Javier Delgado (El enfermo imaginario, 2011), Patricia Chávarri (El Rey Sol, 2012) y Alfonso Gómez (¡Usted es Ortiz!, 2013). Es asimismo autor de Los calostros de la Gachosa (teatro breve). En televisión ha colaborado como actor en programas como Cyberclub, La Nuestra o Sucedió en Madrid (Telemadrid, 2005). Actuaciones en cine [cortometrajes]: Así fue (Julia Gangutia, 2013), Ni siquiera Descartes (Trinidad Sánchez y Daniel Lavín González, 2013), Nada sin mí (Rodrigo Delgado y Jorge Escudero, 2013) y Extraterrestres generosos (Trinidad Sánchez, 2013). Actuaciones en web series: Sayón (The Executioner), dirigida por George Karja (2013-2014).
Contacto: javierdematrice@gmail.com